¿Qué nos ocurre internamente durante un proceso de cambio?

¿Qué nos ocurre internamente durante un proceso de cambio?

Hay modelos de Cambio Organizacional que explican las diferentes etapas por las que pasa una empresa, cuando aborda un proceso de cambio. Dichos modelos, nos dan información y pistas de ruta por la que transitar como individuos y como organizaciones, así como las pautas para llevar a cabo el proceso con éxito.

Estamos continuamente escuchando que vivimos en un mundo de cambio constante, pues como dicen … “no hay nada que permanezca inmutable en el tiempo”, dichos cambios se dan a velocidades diferentes, lentos, abruptos…

En todos los manuales nos hablan de no resistirse a los mismos, a impulsarnos a liderarlos, pero ¿Qué nos ocurre internamente cuando estamos inmersos en el proceso de cambio?

Hace varias semanas que llevo inmersa en un proceso de cambio. Rompiendo la regla de oro de “los cambios de uno en uno”, he decidido abordarlos todos de golpe. Quizás porque no he visto la forma de llevarlos a cabo de uno en uno: la crianza de un bebe de 6 meses, la reincorporación de nuevo al trabajo como autónoma y empresaria, el cambio de ciudad, cambio de horarios y rutinas de trabajo (por decisión propia), las expectativas que una tiene frente a la realidad, los ritmos de vida… Siendo necesario que cada uno de ellos se vayan encajando, o más bien, que yo los vaya encajando.

Mi mayor resistencia ha sido querer encajarlo para volver a mi vida y organización de antes, o quizás algo similar: tener horarios, rutinas fijas que me permitan trabajar y gestionar la escuela, que fueran previsibles… sostener mi energía y mi estado de ánimo como si tal, que mi creatividad esté a tope… como si los cambios estuvieran a fuera y no formaran parte de mí…

Esta noche, a la 1:00, cuando estaba intentando dormir de nuevo a la peque, antes tardaba 5 minutos en volver a quedarse dormida y hoy ha sido una hora y cuarto (señalo el cuarto, porque me ha parecido larguísimo). Me he dado cuenta que me estaba repitiendo una pregunta «¿por qué se despierta?, ¿por qué ha cambiado? ¿por qué? ¿por qué…? Y cada vez que la pregunta resonaba en mi cabeza, me iba frustrando poco a poco, y cada vez más, por qué no se duerme, por qué se despierta, por qué… hasta que en un momento, la he mirado (a oscuras) y me he preguntado ¿qué le estará ocurriendo? ¿qué está necesitando? Algo necesita porque no se suelta, porque demanda cercanía y calorcito en esta noche. En este momento, me he puesto con todo mi amor a su disposición, paciente, a esperar a que ella pudiera cubrir su necesidad entre mis brazos, y poco a poco mi ansiedad ha ido bajando y he podido quedarme tranquila en la oscuridad acunando a la peque sin mirar el reloj, simplemente esperando a que ella a su ritmo pudiera volver a coger el sueño.

Este cambio de actitud ha sido clave para sostener y acompañar a mi peque, cambio que si me paro un poco, puedo aplicarlo en mi día a día, observar, escuchar, aceptar lo que ocurre, y dar espacio y tiempo para que las cosas se vayan recolocando con mi disposición, acompañamiento y actuando (y bailando si hace falta).

Hace varios años hubiera luchado contra ello, me hubiera quejado y estaría todavía pensando que por que está cambiando, en vez de observar que está cambiando. El coaching me sigue aportando esta escucha y observación hacia los otros y hacia mí, para ver qué ocurre, (no para pensar en lo que me gustaría que estuviera ocurriendo), aceptar lo que está ocurriendo y actuar en ello, no contra ello.
A veces un simple ¿qué está necesitando el otro? ¿qué estoy necesitando? Abre las puertas hacia una nueva actitud, a veces, como mi bebé, necesitamos que alguien nos acompañe a responder estas preguntas, y nos de calorcito durante el proceso de cambio. Y es que los bebés son como los «equipos», las «parejas, «los hijos», los «proyectos»…, necesitan ser observados y escuchados y que estés ahí para ellos, cuando te necesiten.  ¿Qué estás necesitando tú? ¿Qué cambio necesitas hacer? ¿A qué te estás resistiendo?


¿Qué ocurriría si miraras de frente a esta necesidad y le dieras su espacio?

Por Elena Polidura