“El cuerpo habla lo que la boca y la mente calla”.

Según decía F.M. Alexander (actor australiano 1869-1955) creador del método Alexander, “estamos encadenados a formas de movernos, de pensar, de percibir y sentir. Somos esclavos de nuestros propios automatismos. Nuestra identidad es también nuestro propio cuerpo, nuestra fisiología. Ni las emociones, ni los estados de ánimos, podrían existir sin el cuerpo”.

El lenguaje corporal es la expresión de lo que sentimos y de lo que creemos. Es tal su relevancia, que el 93% de nuestro lenguaje es no verbal.

Nuestro cuerpo, habla y nos habla. Habla de nuestras creencias, de nuestras emociones, de nuestra forma de ver el mundo… Aprender a escuchar e interpretar lo que el cuerpo nos dice, nos abre un camino autoconocimiento y descubrimiento, y transformación, pues “no puedo intervenir sobre lo que no veo”.

Ahora, nuestro cuerpo es mucho más que un canal de comunicación y de expresión, ya que además de brindarnos información de nosotros mismos, es además, elemento esencial para provocar e integrar cambios en nuestra mente y nuestras emociones, siendo así un campo de experimentación en ambas direcciones: descubrir y transformar.

Cualquier cambio que se produce en alguna de las dimensiones mental, emocional, energética y corporal, tiene impacto en las demás. Así, si cambio mis creencias, cambiaré mis emociones y mi corporalidad; si cambio mi corporalidad, transformaré mis emociones y mis creencias. Transformaré mi forma de ver el mundo y verme a mí mismo en él, pudiéndome relacionarme con él y en él de forma diferente, más coherente con mi esencia y mis valores.

El coaching corporal es una forma de aplicar el proceso de acompañamiento de Coaching experimentando y explorando en el cuerpo que se convierte en el campo de investigación; es una invitación al desarrollo y crecimiento personal y profesional donde el cambio o trasmutación se hace a través de la vivencia.

El programa se trabaja en primera persona, siempre buscando la aplicación en el coaching desde la integración de la vivencia primero, aquello que he podido sentir y experimentar, para luego poder detectar y afrontar en otras personas.

La propuesta es aprender a escucharlo e interpretarlo para dar salida y transformar hábitos o crear nuevos, a través repetición consciente de movimientos, que reemplacen a los viejos, de tal forma que tus creencias cambien, cambiando la interpretación de la realidad:

Trabajo corporal –cambio de hábito-cambio de creencias-nuevas posibilidades.